El destino, caprichoso, ha querido que cayesen o escapasen del camión que les llevaba al matadero. El destino, igualmente, ha querido que apareciésemos en esa carretera, donde podían encontrar también la muerte atropellados o provocar un accidente, y los hemos recogido. Eran dos patos destinados al consumo…pero su vida ha cambiado, a partir de ahora serán dos miembros más de la familia ARE, están a salvo y serán felices. Bienvenidos, Donald y Duck.